jueves, 20 de diciembre de 2012

Un país insignificante

Debajo de la palabra brotan hirientes raíces. Insignificante se define como baladí, irrelevante, anodino, insubstancial, intrascendente, común, ordinario, regular, trivial, mediocre, marginal. Quien usa aquel término no tiene probablemente conciencia de lo que implica. Vivo desde hace más de cuarenta y seis años en aquel país imprudentemente calificado como insignificante. 

No se juzga una persona en función de su peso, su altura, tampoco nos dejamos guiar por el tamaño de un territorio. Basta pensar en Mónaco, Luxemburgo, El Vaticano. No se embriaga uno con sueños megalómanos. El Tercer Reich, por querer ser el primero con raza aria pura se derrumbó estrepitosamente mientras siguen viviendo los mestizos. Las grandes civilizaciones de la antigüedad murieron sin pena ni gloria, ahora visitamos sus impresionantes ruinas. 

Somos un país pequeño mas no irrelevante. La Mitad del Mundo, ubicada a 13 kilómetros de Quito, es la ciudad turística, cultural, comercial más pequeña del país pero no deja de ser única. Cuando se me ocurrió dar un concierto de piano en el cráter del volcán Cotopaxi, me sentí insignificante dentro de un país grandioso cuyos montes me cortaron la respiración. Muchos países ya entraron en su fase de ocaso, el nuestro recién florece en su laboriosa primavera. 

Por los años cincuenta enchufaron a ciertos países de África, Asia, América Latina el calificativo de tercermundista. Se referían a nuestra inestabilidad política, dependencia de las importaciones, crecimiento demográfico. En vez de ponderar que somos el primer país exportador de bananas preferían hablar en tono burlón de Banana Republic (término peyorativo para describir ciertos gobiernos del Caribe o de Latinoamérica). Pues resulta posible que nosotros elijamos cinco veces a un presidente discutible, pero aprendimos que la solución no es asesinar a los buenos. Si hubiésemos tenido a una Mónica Lewinsky, hubiéramos inventado muchos chistes, no hubiéramos armado un escándalo internacional ni tratado de defenestrar al presidente. 

Necesitamos mejorar los locales escolares, pero por lo pronto no ingresan a ellos bandoleros armados para matar a tiros docenas de niños o adolescentes indefensos. La más pobre de nuestras madres lleva en su pecho un corazón ardiente. 

Ciertamente nuestro pueblo tiene una fe genuina que ciertos tildan de ingenua, armamos multitudinarias procesiones detrás del Divino Niño, de Cristo del Gran Poder mas no se suicidan los creyentes por absurdo fanatismo. Hace casi trece años la secta ugandesa “Restauración de los Diez Mandamientos” llevó a la muerte a 800 seguidores. Se rociaron con gasolina y desataron el infierno . En Estados Unidos, el reverendo Jim Jones hizo lo propio con 900 de sus fanáticos. Quizás nosotros progresamos con prudente lentitud mientras otros países descienden vertiginosamente. Muchos están acabando con sus frutos mientras nosotros seguimos sembrando. Ganamos medallas y trofeos sin disponer de los medios que tienen otros. 

No tenemos la tecnología necesaria para mandar hombres a la Luna pero intentamos absolver sus sueños prosaicos. No tenemos la cascada del Niágara ni el Gran Cañón del Colorado, pero nuestro turismo sigue dando a conocer tesoros protegidos de la Madre Tierra. Ya hemos logrado eliminar 400 fuentes contaminantes de distinta índole, cuidamos a nuestra islas Galápagos. Somos pequeños en tamaño pero nadie nos quita lo grande.


"Que encanto poder leer un extranjero que habla tan bien de mi país, agradecido con la tierra que lo ha recibido con los brazos abiertos, me ha encantado leer lo que ya sabía que tengo un pedacito de tierra maravilloso,  vivo en una tierra de ensueño ahora mismo pero nunca ningún lugar del planeta es como nuestra casa grande, maravilloso relato se nota que se ha usado la tinta de amor que sale del corazón, un francés con cuore ecuatoriano, todos se enamoran de mi país y de mi gente que orgullosa estoy de haber nacido en esa bendita tierra en la que amamos a Dios por sobre todas las cosas del mundo, y tratamos a todos los extranjeros sean blancos o negros con mucho respeto".