lunes, 8 de noviembre de 2010

"¿Os habéis hecho daño?", María Antonieta contestó: "No, ahora ya no hay nada que pueda hacérmelo."

La primera celda de María Antonieta en La Conciergerie fue instalada en la antigua sala de reunión de los carceleros (una celda humilde con un catre, un sillón de caña, dos sillas y una mesa). La celda tenía una estrecha y pequeña ventana que daba al jardín de las mujeres. Tras una tentativa de evasión dirigida por Alexandre Gonsse de Rougeville, María Antonieta fue llevada a una segunda celda. Un biombo la separaba de los guardias que la custodiaban.

Posteriormente, Luis XVIII hizo cerrar con una pared esta segunda celda y construir una capilla. La mitad oeste fue anexionada a la capilla real por medio de un local en el que se asegura que Maximilien Robespierre pasó sus últimas horas.

María Antonieta frente al Tribunal Revolucionario.
El 14 de agosto de 1793, María Antonieta es puesta a disposición judicial ante el Tribunal revolucionario, presentándose como acusador público Fouquier-Tinville. Si en el juicio de Luis XVI se había intentado guardar las apariencias de una cierta equidad, no se hizo así con el proceso a María Antonieta. El dossier se prepara a toda prisa; es, a todas luces, incompleto, Fouquier-Tinville no logra encontrar todos los documentos de Luis XVI.[cita requerida]

Para exagerar la acusación, Tinville hace declarar contra su madre al Delfín, manipulado por sus guardianes revolucionarios. Delante del tribunal, el niño acusa falsamente a su madre y a su tía, Madame Isabel, de haberle incitado a la masturbación y de haberle obligado a participar con ellas en ciertos juegos sexuales. Indignada, María Antonieta pide a las mujeres del público que la defiendan: "La naturaleza rechaza semejante acusación hecha a una madre. Apelo a todas las madres presentes en la sala". El motín es evitado por poco.

Se la acusa, asimismo, de entenderse con las potencias extranjeras. Como la Reina lo niega, Herman, presidente del Tribunal, la señala como "la instigadora principal de la traición de Luis Capeto", lo cual presupone un proceso por alta traición. El preámbulo del acta de acusación declara asimismo:

Examinados todos los documentos presentados por el acusador público resulta que, a semejanza de las Mesalinas, Brunegilda, Fredegunda y Médicis, que fueron calificadas como Reinas de Francia y cuyos nombres, para siempre odiosos, no figurarán en los anales de la Historia, María Antonieta, viuda de Luis Capeto, ha sido, después de su paso por Francia, la plaga y la sanguijuela de los franceses.
Las declaraciones de los testigos de cargo resultaron poco convincentes [cita requerida]. María Antonieta contesta:
No fui más que la esposa de Luis XVI, fue él el que cometió los errores y ella aceptó su voluntad.
Fouquier-Tinville pide la pena de muerte y declara a la acusada: "enemiga declarada de la nación francesa". Los dos abogados de Maria Antonieta, Tronçon-Ducoudray y Chauveau-Lagarde, jóvenes e inexpertos, desconociendo el dossier, sólo pueden leer, en voz alta, algunas notas que han podido redactar.

Cuatro preguntas se dirigen al jurado:

1.- ¿Se tiene constancia de que hayan existido maniobras y contactos con las potencias extranjeras u otros enemigos exteriores de la República? Las mencionadas maniobras y contactos ¿tenían como objetivo proveer ayudas monetarias, darles entrada al territorio francés y facilitarles la compra de armas?

2.- ¿Tiene conciencia María Antonieta de Austria (…) de haber cooperado en estas maniobras y contactos?

3.- ¿Se tiene constancia de que existe un complot y una conspiración para conducir a una guerra civil en el interior de la República?

4.- ¿Está convencida María Antonieta de haber participado en este complot y esta conspiración?

A estas cuatro preguntas el jurado responde que sí. María Antonieta es condenada a la pena capital el 16 de octubre, dos días después del inicio del juicio, acusada de alta traición. De madrugada escribe una carta a Madame Isabel, la hermana de Luis XVI:

Acabo de ser condenada, no a una muerte honrosa, que se reserva para los criminales, pero voy a reunirme con vuestro hermano.
Al mediodía del día siguiente María Antonieta es guillotinada, sin haber querido confesarse con el sacerdote constitucional que le habían propuesto. Fue enterrada en el cementerio de la Madeleine, calle de Anjou-Saint-Honoré, con la cabeza entre las piernas. Su cuerpo fue exhumado posteriormente el 18 de enero de 1815 y transportado el 21 a Saint-Denis.
María Anotonieta camino a la guillotina, por Jacques-Louis David.En su descargo y por lo que se deduce de una carta escrita a su hermano, parece ser que ella no tuvo nunca ninguna influencia acerca de las decisiones políticas tomadas por del Rey.

Yo sé que, sobre todo en las cuestiones políticas, no he tenido ningún ascendiente sobre las ideas o pensamientos del Rey. ¿Sería prudente para mí el tener con su ministro algunas entrevistas para tratar de ciertos asuntos sobre los cuales él está casi seguro de que el rey no me atendería? Sin hacer ostentación alguna ni mentir, yo dejo creer al pueblo que tengo más crédito del que en realidad tengo, porque si no se me cree, tendré todavía menos crédito.
Tras la ejecución de María Antonieta se declaró la guerra entre Francia y Austria, poniendo fin a la alianza establecida por Bernis y Choiseul, alianza que había resistido hasta ese momento.

De 1779 a 1800, la pintora Vigée-Lebrun pintó unos treinta retratos de Maria Antonieta.

Frases relevantes en sus últimos momentos
Días antes de su muerte, después de que su marido fuera ejecutado, sus hijos arrancados de su lado, el Delfín manipulado para acusarla de estupro, y completamente sola, en su prisión María Antonieta se golpeó la cabeza contra una viga del techo haciéndose una herida que no paraba de sangrar. La todavía reina no se quejó. Ante la pregunta de uno de los guardias: "¿Os habéis hecho daño?", María Antonieta contestó: "No, ahora ya no hay nada que pueda hacérmelo."
Vale la pena recordar uno de sus momentos más estremecedores: cuando supo el descuartizamiento cruel y sangriento de su leal amiga María Luisa de Saboya-Carignan, princesa de Lamballe, quien fuera salvajemente asesinada en la prisión de la Force, el 3 de septiembre de 1792, y su cabeza, peinada y empolvada, fue hecha desfilar empalada por las calles entre risas y gritos salvajes.
El día de su ejecución, mientras el pueblo entero la abucheaba e insultaba, María Antonieta se tropezó subiendo al cadalso y pisó al verdugo que estaba a punto de guillotinarla. La reina le dijo: "Disculpe, señor, no lo hice a propósito."
El testamento de María Antonieta
De vuelta en el calabozo, a la reina de Francia sólo le quedaban unas horas antes de comparecer ante el Altísimo, horas que María Antonieta empleó en dejar un último mensaje de amor y de perdón a sus seres queridos. Una carta sublime, grave y conmovedora, dirigida a su cuñada Madame Isabel, que la princesa real nunca recibirá, pues fue interceptada y entregada a Robespierre y estuvo desaparecida hasta el año 1816, en el que salió a luz con motivo de la restauración borbónica en Francia (Luis XVIII):

"Es a vos, hermana mía, a quien escribo por última vez. Acabo de ser condenada, no a una muerte vergonzosa [...] sino a reunirme con vuestro hermano [...]. Me causa un hondo pesar abandonar a mis pobres hijos: vos sabéis que eran mi única razón de existir [...]. Que mi hijo no olvide nunca las últimas palabras de su padre, que yo le repito expresamente; ¡que nunca intente vengar nuestra muerte! [...] Debo hablaros de algo doloroso para mi corazón. Sé cuánta pena ha debido causaros este hijo mío. Perdonadle, querida hermana: pensad en su edad y en lo fácil que es hacer decir a un niño lo que se quiere, incluso aquello que no comprende [...]. Pido perdón a todos cuantos he conocido [...]. Perdono a todos mis enemigos el mal que me han hecho... Os abrazo de todo corazón, así como a mis pobres y queridos hijos.¡Dios mío, qué desgarrador es dejarlos para siempre! Adiós, adiós, ya no habré de ocuparme sino de mis deberes espirituales [...]".

Durmió el León a mi costado....

Durmió el León a mi costado...


Tuve un sueño tenebroso, horrible, un espanto, me pasa mucho últimamente, imagino debe ser toda la montaña de malas experiencias que he vivido durante los últimos meses, he aprendido poco porque aun me fió “algo” de las personas no podemos ser todos malos, aun conociendo lo oscuro que llevamos todos dentro del corazón aun me fió. La vida es la escuela donde hay que aprender gota a gota, palmo a palmo y superarnos espiritualmente Dios me enseña y yo aprendo aunque solo le pido no me enseñe jamas a odiar de la forma que sé a mi me odian, que me enseñe a ser mas prudente pero jamás hipócrita, humilde pero no servil, objetiva pero no injusta, vivimos en un mundo donde nos gusta que nos mientan, que nos alaben sin sentirlo, o merecerlo, si eres “indio” y vives entre “blancos”, calla pero jamas bajes la cabeza porque te decapitaran...

Soñé que iba casi a rastras por un camino de piedras llevaba grilletes en las manos y en los pies, la ropa roída, descalza, y el cabello más largo que mis penas, me enredaba con el a cada paso.
Miles de personas alrededor lanzándome piedras, palos, azotes, me insultaban y gritaban palabras que no podía comprender, me escupían, se reían a carcajadas, sonidos agudos que azotaban mi espíritu, me desgarraban por dentro, me obligaban a seguir, a levantarme, la piel pegada a los huesos la ropa llena de sangre seca igual que el alma imagino.

Me quemarían en la hoguera, hervirían mis huesos, mis entrañas en aceite hirviendo,merecido castigo por !hereje!, !hechicera!, !golfa!, los escuchaba decir que llevaba en las venas el pecado la sangre del mismísimo Judas Iscariote, hipócrita, falsa por herencia, no debo ser peor que ellos, me acusaban de un sinnúmero de faltas, de las que yo no podía defenderme, me habían juzgado ya a mis espaldas, habían puesto sobre mis hombros la pesada roca de la injusticia y el veredicto era CULPABLE….

Al final de un pequeño camino divisaba una pequeña sombra como la de un niño encadenado de la misma forma que yo gritaba, lloraba, me suplicaba auxilio pero no podía alcanzarlo, mis fuerzas se agotaban...

El sol era muy fuerte quemaba mis heridas, nublaba mi vista no podía divisar claramente a mis verdugos, solo veía vestidos oscuros era una enorme bandada de cuervos negros, buitres que parecían desear tan solo mi muerte e incitaban a otros para que no pararan con las manifestaciones de odio y desprecio un castigo, una venganza, mi razón estaba confundida divagaba sobria en un río de locura en un mar de dudas...Por qué lo hicisteis por qué?...

El dolor era intenso, profundo, agobiante, mi fe se rompía cual débil telaraña, los hilos que me ataban a la vida eran arrancados con violencia, sin piedad o misericordia, tiraban de ellos iban desgarrándome poco a poco hasta convertirme en guiñapo, bazofia, estiércol de esa manera saciarían su sed de sangre su hambre de huesos y piel yerta...
Aparecían tres verdugos con la cara tapada me azotaban mi sangre salpicaba sus vestidos oscuros , mis huesos se quebraban como frágiles cristales, me escupían, me insultaban, me gritaban !hereje!,!ladrona!,!mentirosa!, !hipócrita!, !bruja!, me abandone a la voluntad de mis detractores, no podía mas que esperar el final, ya me habían matado en vida que otro castigo peor podrían imponerme.

El Pueblo se agitaba furioso, era como el sonido de los lobos frente a la luna llena, de sus enormes hocicos parecía brotar espuma, parecían víboras enrollando a su presa de manera lenta para luego quitarle el aire y la vida, serpientes cuyo veneno no es tan letal como el de las lenguas cizañeras, de doble filo de los habitantes de ese maldito pueblo, de ese maldito infierno, tantas blasfemias, tantas calumnias, tantas mentiras, en sus ojos enormes llenos de rabia se divisaba el odio que habitaba en su interior, yo solo una India ellos blancos ...Yo era el Pecado, la Locura ellos los Jueces, la Razón....

De repente entre las sombras aparecía un enorme León bello y majestuoso y un pequeño cachorro este iba con un pequeño niño que sollozaba en su lomo, el León me agarro cual presa entre sus enormes mandíbulas no parecía devorarme mas bien salvarme de las fauces de las bestias depredadoras habitantes de una jungla donde reinaba la maldad, el odio y la injusticia, ironía, una bestia salvaje me salvo de otras aun peores y aun mas depredadoras, que se hacen pedazos unos a otros cuando pueden, que se destrozan el corazón y se arrancan las vísceras sin piedad, ni compasión.
Desperté como en un desierto helado de arena blanca, donde una sabana de estrellas cubrían mi rostro, una luna azul deleitaba mis sentidos y el ruido de un pequeño manantial me arrullaba el ánima, el perfecto equilibrio de la naturaleza abrazo mi ánima....

Aun llevaba las cadenas en las manos y los pies y el mismo cansancio viejo, se puede curar las heridas del cuerpo pero para los dolores del alma, para esos no hay cura, no hay medicina que cure a un espíritu herido, solo resignación y silencio no queda mas...
Durmió el León a mi costado protegiéndome y yo dormí tranquila, segura de que las bestias no volverían para atacarme, son cobardes cuando ven frente a ellos otra bestia mas valiente y feroz, en mi extraño sueño los superó no solo en fuerza bruta sino en inteligencia, la nobleza de ese animal supero mis expectativas y confirmo la sabia frase que dice mientras mas conozco a la gente mas amo a los animales...
Desperté, la pena es que el León no despertó a mi costado para ahuyentar a las bestias aun mas salvajes e implacables que en el mundo existen y protegerme de todo lo que bien sé aun me espera.
Dios en su infinita sabiduría dono a los animales instinto, olfato, astucia, alas, pero les quito el “habla”, solo les dio inteligencia, no me imagino una serpiente “chismosa”, ”cizañera” destilando aun mas veneno.... A los de la raza inferior los doto de tan bendita proeza “las palabras” para que aprendamos a ser inteligentes a usarlas cuando es necesario y para ayudar a construir no a destruir caminos de bien pero es un reto que la raza humana aun no ha superado la bondad no es precisamente la sabana con la que esta cubierto este averno.

No existe remedio para un corazón cercenado por el odio, el desprecio, la venganza de los depredadores que en un mundo normal en un universo no inventado aun serian llamados “seres humanos”,...no existe...
El espectáculo debe continuar sigamos siendo los fieles espectadores de un macabro escenario donde seguirán rodando cabezas, donde seguirán cayendo esqueletos, donde seguirán crucificando, azotando, amordazando y humillando a gente inocente, seguirán enterrando vivos, alabando muertos y adorando a sus Dioses....
Mientras no nos salpique la sangre sigamos bebiendo en copas de oro el elixir embriagador de los poderosos e invencibles....
Que nuestro corazón de barro se siga amoldando de acuerdo a nuestra conveniencia y de acuerdo a las circunstancias, que este cuadro abstracto lleno de claros y oscuros ya no tiene salvación, es solo una “estrella” más lanzada con fuerza a las entrañas del océano donde se va a apagar sin remedio.... y obviamente eso a nadie le importa ….