Caminando entre fieras aprendes a cubrirte con su piel, a teñirte de buitre y a moverte sigilosamente como pantera, aprendes que las ovejas perecen mas de prisa que son devoradas por los depredadores sin compasión, que eres como un insecto al cual una rana atrapa con su larga lengua lo envuelve y lo devora. Esta selva es de los más fuertes los débiles no tienen cabida lo aprendes a punta de golpes, aprendes a esquivar o encantar serpientes. En este enorme desierto de incertidumbre, maldad y miedo eres una hoja que el viento mueve a su antojo, que arrastra, eleva y sumerge en las profundas aguas de la desesperación.
A ciegas vas andando por un bosque de abrojos esquivando las trampas, buscando el manantial donde saciar tu sed de esperanza y amor, descubres que este desierto esta todo lleno de espinas, que Satanás teje con farsa su red de venganza a ver cuantos ilusos caen en ella, que de llanto es el camino de los que creen en el amor o en la bondad, que el aire hiede azufre, dolor, tristeza y soledad
y que el gigante orgullo destroza las vidas sin piedad.
La funesta carroza del dolor se pasea por las calles destrozando corazones, y tiñe las calles de negra, oscura soledad y ella tiembla en un rincón desesperada rezándole a Dios se le acabe la vida...
La congoja a pintado las paredes de su alma de un tono gris, y una melodía con sabor a silencio le arrulla, le hace dormir...
El sol se ha vestido de luto, las estrellas han muerto se las a tragado el mar, y la luna escribe con lagrimas a ese amor que nunca llegara...
Un coro de grillos canta en el desierto la marcha fúnebre y un billón de mariposas negras cubren el universo de aflicción...
Un alfiler clavaron en los ojos de Jesús llamado hijo de Dios, y simiente de maldad en el corazón de los hombres...
Desangrada muere la bondad apresada en una trampa mortal en las arenas movedizas de un antiguo reloj que lentamente nos avisa que el Odio le esta ganando al Amor....
