Mi vida vive últimamente subida en ese carrusel el de la monotonía, el tedio y un sinnúmero de palabras sinónimos de aburrimiento. Mi mente esta muy cansada y mi espíritu ni se diga la falta de motivaciones me esta hundiendo en un mar de incertidumbres y cansancio moral.
Toda la tempestad de emociones que he vivido estos últimos meses me han sumido en una absoluta selva de tinieblas, respiro por inercia, me siento como la pieza equivocada en este puzzle llamado vida, una rama frágil que lanzada al fuego el segundos se vuelve cenizas, una hoja marchita debajo de un muro de hielo. Mi única puerta hacia la libertad son las palabras esas que no sé escribir, pronunciar o detallar, a veces siento que mi destino esta lleno de jeroglíficos imposibles de comprender, echa de dibujos símbolos imposibles de decodificar.
Soy muy torpe para escribir pero es el único motivo por el que vale la pena vivir, las palabras son la única magia que he descubierto en este misterioso universo, bueno eso y la vía láctea, diría el Amor pero ese aun no lo he conocido.
En la era de piedra se habrán divertido mas de lo que yo me divierto en la actualidad, eran libres no tenían Internet solo amigos, contacto humano que fascinante, esa naturaleza salvaje alrededor, contemplar como se deslizan las hojas por el río, o como revolotean los peces en medio del mar, sentir la lluvia como se adentra por cada poro de la piel, sentirte flor, árbol, raíz por unos instantes y beber esa agua bendita que brota del cielo.
Descubrir en cada pequeño e insignificante detalle de la naturaleza algo fascinante, dormir conversando con la luna o contando las estrellas, sentir el placer de lo bello en lo invisible, creer en dioses con nombres imposibles, en milagros producto de una imaginación alucinante, valorar una piedra como quien valora un diamante. Pedirle al Brujo sabio una pócima de Amor eterno, un pergamino donde se encuentre dibujado el camino hacia el corazón de los hombres, una tabla de piedra donde se encuentre señalado el destino.
Mi fiebre de melancolía me hace delirar, soy una hoja que fuerte se agarra al árbol para no caer precipitadamente al fango, el viento me hace tambalear pero me aferro porque creo que aun no a llegado mi final, ese que imaginaba vestido de rocío en un paisaje de primavera otoñal.
Esta noche mi ánima tiene sed de notas musicales, de danzar entre estrellas fugaces, de conectarme al universo, de alejarme de este averno apagar de mis adentros esta triste melodía en la que agoniza mi espíritu día tras día...
Necesito dicha aunque sea fingida como diría Silva, que Eros me revele el rostro de ese alguien que me prodiga su amor en secreto, que Rubén Darío me preste su pluma para escribirle los mas bellos versos, la inspiración me la dará el sentimiento, arrullame en tus brazos Morfeo quiero dormir esta noche bajo tus alas.
Deseo al despertar ver mil pájaros azules cantando sobre mi ventana, un jardín de rosas blancas y crisantemos color esperanza, una lluvia tenue bañando las montañas, quiero beber de la fuente de los sueños posibles, ver un ángel dibujando en el cielo las nubes, necesito dicha aunque sea fingida...
Bendita sea la escritura, benditos los vocablos, benditas las palabras, y benditos los que leen las tonterías que yo escribo. El papel es el lienzo donde pinto quimeras donde trato de expresar mis sentimientos, mis emociones, decepciones, deseos o desvarios, esta es mi otra cara la que no acostumbro a mostrar al resto de los mortales, tal vez por miedo a las criticas, a las burlas, o por desconfianza, timidez que se yo, ademas es absurdo todo lo que escribo, pero me gusta escribir lo hago desde que descubrí que me era mas fácil explicarle mis dudas existenciales a un trozo de papel que a gente que te oye y no te escucha, desde niña descubrí que a nadie le interesaba lo que yo pensaba o sentía, eso no a cambiado con el tiempo, solo he mejorado un poco pero muy poco la ortografía, mis sueños siguen flotando envueltos en papel de caramelo puede que sean tan dulces, tan buenos que se los haya comido Dios porque nunca se realizaron. Solo los ricos pueden soñar decía mi abuela los pobres deben aceptar la realidad y cubrirse de valor para seguir nadando contra corriente, con los años he descubierto que tenía una abuela filosofa, que sentía una extraña debilidad por las estatuas de cera entre ellas un tal Buda regalo de uno de sus parientes chinos a los que por cierto nunca he conocido, esa tierra tiene para mi un significado sublime y ni siquiera en el fondo se porque, así soy yo, amo con intensidad los lugares o a la gente, muchas veces sin motivo aparente sufro de esa rara patología.
Bueno me voy a dormir porque sino este hilo no se corta, como no hablo con casi nadie tengo sobrecarga de palabras, tengo amigos pero están muy lejos, estoy ya muy grande para inventarme un amigo invisible, prefiero los de carne y hueso, hoy una de esa personas que adoro con intensidad cumple años ojala Dios le regale muchos sueños envueltos en papel de caramelo, que los deguste con placer y le aporten dulces momentos. 
En fin, dulces sueños a todos y un feliz despertar…
