viernes, 17 de septiembre de 2010

Mi otro Yo...Angel o Demonio...


Termómetro es el amor, que se eleva a niveles de delirio cuando estas enamorado, a nivel promedio cuando se estabiliza el sentimiento, luego vienen los conflictos y baja la intensidad, caemos es un estado de letargo emocional, en ocasiones nos preguntamos si elegimos a la persona correcta y aunque la razón y los hechos griten que no, el corazón tozudo dice que si, y aguanta, sufre, se queja, se quebranta, bebe hiel, amargura, se consume encerrado en la pena, pero soporta vientos y tempestades. El Amor para que sea verdadero tiene que doler decía la Madre Teresa cuanta razón tenía aquella señora tan espiritual, nos duele lo que amamos, es decir, si alguien que amamos nos traiciona, nos miente, nos engaña, nos finge afecto, cuando descubrimos la verdad ese dolor es mas profundo e intenso que una puñalada directa al corazón, esta llega al ánima, al espíritu, las mismas entrañas de la tierra gimen lloran de dolor. Pero mantenemos el tipo, miramos al otro lado fingiendo no saber, por no perder, tratamos de evadir la realidad y nos sumergimos en un mundo imaginario que es aun peor pero hace menos daño a quienes amamos. Callas por no lastimar, observas detenidamente cada movimiento, sientes cada pequeño olor, el sabor de la piel, de los besos, se tornan casi helados, pero temes y aguantas estoicamente una doble traición. Quizá nos engañamos a nosotros mismos, tal vez queremos tiempo para enfrentar el horrible monstruo de la realidad que se nos aproxima pensamos que así el golpe dolerá menos pero es mentira duele igual cuando el Amor es verdadero.
Es difícil descubrir lo que lleva dentro el corazón de los seres humanos, son realmente indescifrables todos esos acertijos que vienen de la mano del destino, esas emociones que se entremezclan en sentidos opuestos, todo es raro en este mundo, todo es mentira y verdad, bueno y malo, divino y malvado, tal vez por esa razón no me declino hacia ninguna teoría, o religión pienso que todos los caminos te llevan a Dios y que éste vive en el corazón de la gente que hace cosas buenas, pienso sinceramente que por mas libros de comportamiento humano que inventen, jamas nadie lograra descubrir los laberintos de la mente,imagino que cada uno encuentra una salida diferente, es absurdo imaginar que podemos juzgar totalmente a alguien por su comportamiento, por sus gestos, por sus palabras, por sus miradas, quizás descubramos algunas características de su personalidad, pero jamas descubriremos su esencia. Respeto mucho a la gente que se dedica a ayudar a otros a través de estas teorías pero honestamente no estoy totalmente de acuerdo en nada que tenga que ver con saber a fondo que oculta el cerebro humano. La gente reacciona de diferente manera ante múltiples estímulos, momentos, escenas, hechos, los años te llevan a evolucionar, a madurar es decir lo que antes te daba miedo ahora puede causarte indiferencia, es como cuando te enamoras todo te parece bonito,luego cuando te desenamoras ocurre el efecto contrario, es decir nadie puede estar seguro de la reacción de cada individuo ni lo que el tiempo ira transformando o modificando en él.
Somos como figuras de barro, si caemos en manos de un buen artesano los años te van transformando y te volverán mas bella, si ocurre lo contrario se ira deteriorando la imagen, desdibujando los colores y de tanto descuido puede que se rompa en mil pedazos lo que alguna vez fue hermoso, las conductas cambian dependiendo el entorno, el desprecio o el afecto que reciban las personas por eso no siempre se puede decir que se conoce realmente a la gente todo depende del tiempo, del cariño que se les entregue, y de la capacidad de aprendizaje de cada individuo y de lo que este quiera mostrar.
Todos llevamos tatuado en el alma lo bueno y lo malo, Ángel y Demonio, instintos, defectos, que mejoran o se acentúan con el tiempo. Nadie esta libre de Pecado o de Arrepentimiento, nacemos pecadores, seres imperfectos, actuamos con libre albedrío, y por mas esfuerzos que hagamos por esconder ese malvado ser agazapado en un rincón de las entrañas, a veces no podemos, esa es la lucha que cada día libramos todos con nosotros mismos, es agotadora la vida porque la primera guerra que sin saber debemos ganar es la de nuestra propia conciencia.