domingo, 26 de febrero de 2012

¿Es malo ser ingenuo?

¿Es malo ser ingenuo?

Mi columna guarda cierta ingenuidad en medio de artículos muy serios dedicados al análisis político, terreno que no piso nunca. ¿Pero qué significa ser ingenuo? La palabra se refiere a la credulidad, pero soy sumamente escéptico en todos los dominios, a la inocencia que no he perdido del todo, a cierta huella de la infancia que me permite ser irreverente con cara de yo no fui, a la sinceridad sin tapujos. Se puede frisar la cursilería mas nada es tan cursi aunque imprescindible como un te amo.

Me gusta desnudar mentalmente a los uniformados, disfruto cuando un hombre serio tiene un traspié, un resbalón, abandona de pronto su pretendida dignidad. El señor Strauss Kahn perdió los estribos frente a la camarera guineana Nafissatou Diallo, a quien preguntó: “¿No sabe usted quién soy?”, sin que sepamos si en la actualidad D.S.K ha logrado recuperar su identidad sabiendo por fin quién es él. No sé si el personaje se mostró ingenuo o genuino; “tel qu´en lui même en fin l´éternité le change” hubiera dicho Mallarmé (tal como la eternidad lo transforma en sí mismo). El expresidente del Fondo Monetario tocó fondo pero siguió teniendo el poder que otorga lo monetario frente a una negra que fue investigada hasta enlodarla por completo. Algo diferente le sucedió a Bill Clinton cuando se dejó sorprender por una señorita Lewinsky convertida desde entonces en miembro millonario de la jet set por haber aceptado insinuaciones íntimas de tipo aspiratorio en el Salón Ovalado. La seriedad mundial se ofuscó cuando a Janeth Jackson se le salió un pecho del corpiño, cuando a una bailarina de Madonna se le ocurrió hacer en pleno concierto lo que nosotros llamamos yuca con dedo, la que los romanos ya bautizaban como “digitum médium monstrare”. Ni el recalentamiento global del planeta causa tanta indignación. Tengo un concepto diferente de lo que se considera como serio. Ricky Martin y Elton John salen del clóset, adoptan hijos, pero no causan escándalo porque son considerados como VIP, es decir personas muy importantes, mientras cunde la indignación si se trata de un hombre sin currículo y peor si es negro.

En un coctel del consulado norteamericano un invitado del norte preguntó a un ecuatoriano amigo mío por qué razón nosotros podíamos elegir cinco veces a un mal presidente (se refería gratuitamente a Velasco Ibarra); la contestación fue fulminante: “es posible que a veces volvamos a elegir a uno malo mientras ustedes mataron a varios buenos”. En efecto murieron asesinados Lincoln, James Abram Garfield, William McKinley y John Kennedy. Ronald Reagan se salvó con las justas y Bush fue más hábil que Muhammad Ali frente al divertido zapatazo.

Me gusta el humor porque es mucho más serio que la retórica. El latigazo de Groucho Marx frente a hombres serios vestidos de esmoquin es lapidario: “Disculpen si los llamo caballeros... es que todavía no los conozco bien”. Llega a la genialidad al decir: “Jamás aceptaría ser miembro de un club que me admitiera como socio”, o a la más tremenda irreverencia: “bebo para hacer más interesantes a las demás personas”. ¡Abur!

martes, 21 de febrero de 2012

Eres mi Sol

El aire esta contaminado de tristeza, pesimismo, desilusión, los sueños se pierden en cometas que se incineran en pleno vuelo, el mundo entero se esta sumergiendo en un profundo lago de negatividad.
Las cosas se ponen cada día peores, la humanidad pierde la fe y es fácil que el miedo nos sacuda, nos golpee, nos arrastre al filo del abismo, la espesa bruma nos tapa la visibilidad y nos hundimos sin remedio, nos asusta andar por la cuerda floja, nos aterra la idea de tener que luchar por un mendrugo de pan, en realidad a mi eso no me da miedo, estoy acostumbrada a sobrevivir con migajas, no solo en el plano material también en el plano sentimental, pero no quiero hablar de mi sino del mundo.
Nos sentimos perdidos antes de agarrar la mochila y llenarla de valentía y esperanza, preferimos quejarnos, pelearnos, culpar a otros y al final cuando no queda más nos atrevemos a luchar, no contra el mundo sino junto a el, puede que este bache nos sacuda un poco el alma y nos obligue a pisar tierra firme y darnos cuenta que en el mundo entero existe más gente desesperada, con problemas de desempleo, de hambre o de frío, tal vez podamos aprender mucho más de lo que podemos perder, una experiencia es una ganancia para el espíritu lo eleva y lo hace más fuerte y con suerte más noble.
Para ser honesta la miseria me asusta porque conozco muy bien su rostro y es muy duro cuando el hambre golpea la puerta, pero con paciencia, perseverancia y fuerza de voluntad todo se puede, incluso hacer nacer rosas en el desierto, lo más importante es no dejarse vencer por el miedo o por el pesimismo de los demás o incluso su mala voluntad, llevar el corazón siempre dispuesto a amar y aprender el valor de las cosas pero sobretodo el inmenso valor de cada una de las personas que habitan el universo, lograr de manera positiva mantener el equilibrio con mucha paciencia, paz, amor y alegría. 
Después de la lluvia siempre sale el sol,  recuerda que para alguna persona de este extraño planeta tú eres el dueño de esa luz intensa con la que alumbra cada día su mundo, disfruta, que nadie a dicho que la vida sea fácil, es una carrera contra reloj donde solo el más fuerte sobrevive, y recuerda siempre que eres un SOL.

martes, 7 de febrero de 2012

Enferma el alma.

Cuando la salud se resiente un poco, es como cuando a un vaso  se le  hace una pequeña ranura, el fino cristal se opaca, pierde su luz, su brillo habitual nos sentimos un tanto vacíos.
La tristeza es una enfermedad del alma, que la mayoría llevamos a cuestas, es muy complicado conseguir pastillas que alivien el dolor del espíritu, en las madrugadas mas oscuras me adentro en el palacio gris de amargos recuerdos, es imposible borrar el pasado siempre estará ahí en un baúl al final del armario, el sufrimiento es parte de la vida y ni las mas caras terapias pueden curarnos, debemos aprender a sobreponernos, ser fuerte es esencial para sobrevivir con algo de dignidad.

Perdonar los agravios, asumir los retos, tratar de discernir los inconvenientes, intentar transformar las adversidades en aprendizaje, al final que es la vida sino es, un continuo aprendizaje.

Los sueños con frecuencia son pequeñas gotitas de cristal, que se evaporan en el trayecto, rumbo a las estrellas, no hay que aferrarse a lo imposible, ni a la gente, por lo general todos terminan marchándose tarde o temprano, las quimeras se esfuman, las personas te abandonan, es bueno aprender a volar sin cargas, es muy fácil decirlo pero tan difícil llevarlo a la practica, pues nuestro corazón es una casa donde muchos tienen copia de la puerta y una vez adentro sacarlos es casi imposible, el amor o el afecto cuando es sincero se vuelve eterno.

Es cierto que el dolor nos hace mas fuertes, nos vuelve mas nobles o mas crueles la alegría es un camino demasiado corto, la tristeza es un viaje muy largo, donde no cesan las lagrimas, las decepciones, la soledad, desesperación o desconsuelo, y al final que es la vida sino un camino demasiado largo donde lo que mas aprendemos es el sabor amargo de lo imposible, donde hay que luchar, donde el esfuerzo es parte del éxito, donde no hay amigos solo conocidos,  en la adversidad reconoces al único y fiel amigo, uno mismo. 

Dios es un amigo que nos ama en el silencio de esas madrugadas, cuando nos adentramos en el palacio gris de nuestras melancolías. 
Un abrazo a todos los que se sienten tristes esta noche en que la luna parece parir a las estrellas…