domingo, 4 de diciembre de 2011

La Parada 38


Las imágenes en mi cabeza se distorsionan el frío me vuelve un poco mas tonta de lo habitual, pienso en el mar de dudas que pululan dentro de mi, como traviesas mariposillas revoloteando sobre los prados, me siento extraviada en un paraíso de inteligencia, me siento la diana donde muchos desearían dar en el blanco, la flor de un pantano que poco a poco se hunde , o la hoja marchita que cae en otoño y todos pisan una y otra vez.
El tsunami entro en mi vida de repente y arraso con todo, mi paz, mi tranquilidad, mi invisibilidad, mi calma, mi vida desordenada, removió los cajones de mi pasado, saltaron los pestillos de las ventanas y salieron con sed de venganza todos los demonios del averno, atacando con furia mi alma, aturdiendo mis pensamientos, sumiéndome en una terrible pesadilla de la que seguramente ya jamás despertare, las humillaciones, vejaciones, fueron demasiadas y mi espíritu quedo realmente derrotado, agotado sin fuerzas y sin ningún deseo de seguir.
Dios en su infinita misericordia me dio un aliento me lleno de nuevos brios y me devolvió un poquito de fe en la vida porque en los seres humanos ya no tengo ninguna.
Me sentí por segundos como al filo de un abismo en lo alto de una enorme montaña rodeada de lava cuyo fuego me quemaba, me ahogaba, la maldad es fétida sin duda, las estrellas morían una a una y el rostro de la luna era de dolor sus lagrimas eran sangre que cubrían el mundo con lluvia de tristeza, el sol ardía porque su corazón se volvió hielo como el de muchos mortales, la codicia vestía con su traje de piedras preciosas, la envidia extendió sus alas de oro y plata, y la reina maldad subida en su corcel desplegaba todo su malévolo encanto su corte eran los sirvientes de lucifer, quien al verla tan bella sonreía con sus dientes de oro y su negro traje de piel.
Plebeyos corazones ya rendidos por tantos dolores callados vagan suplicantes en medio del averno y muchos otros buscan las perlas en medio de los cerdos.
El camino esta lleno de baches, de agujeros, de murallas, de pantanos, de abrojos y espinas de cuando en cuando encontramos un campo lleno de flores cuyo perfume da aliento al alma, de vez en cuando vemos brillar la luz del entendimiento en algunos ojos, la sabiduría produce a algunos una especie de encantamiento el conocimiento es como un faro que señala el camino en medio de la bruma para no perder el rumbo, y debo admitir que soy muy ignorante, seguramente jamás aprenderé, jamás encontrare el camino correcto para salir del averno…
Seguiré llenando de sueños, enigmas, y acertijos mi mochila invisible, continuare esquivando baches, tratando de encontrar el mapa, el pergamino, la guía que me indique el camino de salida hasta tanto intentare ignorar los ataques que la vida me ofrece.
Cuando me marche arrastrare mi enorme, gigantesca mochila en medio del desierto rumbo al juicio final, ahí llevare mis culpas, mis pecados, mis mentiras, mis verdades, mis temores, mis miedos, mis aciertos, mis errores, mis alegrías, mis tristezas, mis dudas, secretos y decepciones ante aquel Justo Juez entonces sin rechistar aceptare mi sentencia porque es el único que ha de juzgarnos, “el que este libre de Pecado que tire la primera piedra“.
Estoy en la parada “38” esperando el autobús de mi destino, han pasado ya varios buses, unos destartalados llenos de pesares, otros elegantes llenos de sueños rotos, otros brillantes cuya luz en vez de atraerme me ha asustado, porque no todo lo que brilla es oro, unos a reventar , otros fríos y vacíos, aun no llega el que realmente me impresione ya Dios dirá…
Vivo en la esquina del corazón parti’o, por el camino viejo hacia las lunas rotas, dirección hacia el valle de los secretos, al sur de la colina de las brujas, … justo ahí en el numero 38 esta mi Amado cuchitril...