La serena madrugada me habla de aquello que no quiero entender, el mar aun no esta en completa calma pero de vez en cuando de tumbo en tumbo sale una estrella marina a tomar un respiro en la orilla, a observar los misteriosos ojos de la luna y a tratar de adivinar sus trampas, sus secretos. La vida es un poema de sonetos muy tristes, una melodía que en ocasiones nos hace llorar...Hay miedos que no nos dejan avanzar una enorme roca se posa sobre nuestros hombros y nos hunde en un abismo de dolor, somos náufragos sobreviviendo en un mar agitado en medio de una gran tormenta donde las emociones están a flor de piel y mas vale el silencio que las palabras porque estas a veces suelen ser una barca con un enorme agujero y en vez de salvarte te hunden sin remedio.
Hay buitres que observan, Ángeles que salvan y me agarro de una de sus alas para no perder la fe ni la esperanza, la bondad debería ser la esencia de todos los seres humanos pero el perfume de la maldad, la codicia se extiende por todos los rincones es como las siete plagas de las que hablan las santas escrituras, nadie se salva...
El frío de la soledad cala muy hondo porque por mas gente que exista a tu alrededor cada vez quedan menos seres que aman, el odio es la semilla que plantaron antaño esta dando sus frutos por eso creo que el mundo esta tan desesperado...
Si alguien creyera que es posible perdonar, que es posible amar, que es posible olvidar sin rencor, que las raíces del mal pueden ser enterradas en medio del desierto, que la venganza solo hiere a quien la ejecuta, y que el odio no puede ser mas el pan de cada día, que no podemos ser perfectos porque somos humanos y aceptarnos tal como somos, sería maravilloso pero es tan solo una quimera pintada con letras azules en las puertas del cielo, la pinto un poeta que un día creyó que la luna paria las estrellas …
Si la gente aprendiera a aceptarse seguro aprenderían a amarse como dice la sabia frase en la biblia, mi esperanza de un mundo de paz murió al ver de cerca los ojos a Satan porque he sido victima de mucha maldad como tanta gente, Dios observa desde un rincón del cielo y solo él dará el veredicto final, solo a él le puedo confesar sin miedo que este mundo me aterra y cada día mas... y solo en sus manos encomiendo mi espíritu...
