sábado, 13 de agosto de 2011

Thánatos

Esta madrugada de astros divagantes,
Noche gris de dolores profundos,
Su espíritu harto del castigo inclemente
Se entrega a Thánatos en un acto demente.
Calladamente se posa a su costado
Como un amante sigiloso e inquieto,
Un aire helado estremece sus huesos
No tuvo miedo se entrego en silencio.
De plumas negras lleno esta el lecho
Tapiadas las ventanas, rotos los espejos,
Un libro de versos deshojado en su pecho,
Y una epístola llena de dolores añejos.
La alondra voló temprano a la cita,
Tras opacos cristales, muertas ilusiones,
Tras de su silencio una tristeza infinita,
Un río de lágrimas tras mil decepciones.
Julia C.