lunes, 26 de julio de 2010

Cuando las espinas hieren a las rosas...

En esta noche triste en la que las espinas hieren a las rosas,
en la que alguien tiño de negro el arco iris de mis sueños,
sé que estas tu mirando desde lejos,
curando mis heridas mientras duermo,
sacando las espinas que han clavado ellos,
y esas dagas de fuego que cercenan las entrañas
tantas traiciones, desengaños y mentiras
que han agotando mi espíritu...
que van enterrándome  en  vida... 
Han muerto las aves en sus jaulas,
se ha escapado el ruiseñor
que con su canto despertaba al sol,
los ventanales del cielo se han empañado
con el llanto de los Ángeles,
que gimen de dolor
porque esta triunfando el Odio
y esta muriendo el Amor,
de rojo se tiñen las aguas,
hede el viento a
lágrimas, sangre y huesos...
un dolor profundo, agudo
es el que ahora mismo siento
el que me mata por dentro...

Mis Alas al viento...

Cuando Dios toque a las puertas de tu corazón
sentirás un fuego inmenso, el calor de las estrellas
que se ciñen a tu piel, te acarician el alma
te arrullan los brazos de la luna...
Tendrán alas tus sueños,
se transformaran en suspiros alados
tus nostalgias y tus lágrimas sabrán a miel
porque dulce es todo aquello que proviene de Yavhé...
Sus ojos los veo en el infinito Mar,
y en la gente buena que viene y que va,
su risa la siento en las hojas que en otoño
arrastra coqueto el viento,
es su perfume el de las rosas del jardín
de mi abuela,
y sus manos aquellas en las cuales
me sostengo cuando siento que mas no puedo,
son sus brazos que alzados al viento
se convierten en aquellas Alas que busco
para volar lejos... muy lejos.....
(Julia Isabel Cervantes)