martes, 21 de septiembre de 2010

Madrugada Triste

Enterradas en el fango
están ya mis Alas,
madrugada triste,
de lluvia y de lágrimas,
me han vencido mis angustias,
me han derrotado mis miedos,
esta vida loca de luces y sombras,
me atrapa en la penumbra
de la desesperación.
Me adentro en laberintos
cuyo final es el abismo,
me siguen los fantasmas
de la eterna decepción,
aterrado esta mi espíritu
que desea volar muy lejos,
y no haya la salida
de esta maldita prisión.
Los verdugos afuera
preparan ya las armas,
y el monstruo de fuego
no deja de rugir,
agudo es el llanto,
del que nada debe
y aun siendo inocente
tiene que morir...
Que mi sangre mártir,
limpie sus Pecados,
y libere sus conciencias,
de tan gran error,
mataran mi cuerpo
más nunca mi alma,
yo seré al fin libre
y ustedes prisioneros
de esta Maldición.