martes, 15 de marzo de 2011

Pensamientos del corazón

Pensamientos del corazón

Leyendo unas cuantas cosas esta tarde me ha venido a la cabeza un recuerdo que parecía borrado, ocurrió cuando tenía diez años mas o menos en un viaje de vacaciones a la playa, he dicho que me gusta el mar encuentro en el tanta misteriosa belleza que me aleja por momentos del averno en el que vivo.
Era muy temprano en la mañana la casa que alquilábamos queda justo en frente de la playa justo ese día el viento empezó a azotar con fuerza, los cristales de las ventanas parecían salirse con tanto movimiento, se abrió la ventana de mi habitación y sentí la brisa del mar despertarme de un zarpazo me asuste tanto que me dio por llorar, me levante y al buscar en todos los rincones y no hallar a nadie en casa, corrí a refugiarme en una especie de salón al final de la sala principal era una casona enorme, vieja y con un aire de espanto honestamente tenebrosa, se la dejaron a mi tío por unos meses y ahí viví bonitos momentos...
Todos habían ido al puerto a buscar a mi tío su barco se había adelantado y por no despertarme me dejaron en casa, sin contar que ese día seria inolvidable, el viento parecía cantar, empezó a llover con fuerza y yo por ende a temblar era muy valiente pero me volví miedica por un instante, honestamente no sé que tan fuerte fue mi llanto que había alertado a uno de los vecinos que entro y me encontró sollozando en un rincón, secándome las lagrimas con las trenzas largas que siempre cargaba, este amable anciano era don Juan un pariente de la familia de uno de mis primos que al igual que mi tío era pescador cuando lo vi me volvió el alma al cuerpo pero no dejaba de llorar tanta fue la angustia que me abrace a el le pedí o mas bien le rogué buscara a mi familia tengo un complejo de abandono desde que nací...
Salimos a buscar a mis parientes y sucede que no los encontrábamos era un pueblo pequeñito de pescadores y todos se conocían mi tío era un hombre muy querido en la zona pues se caracterizaba por ayudar a la gente en especial dándoles faena aunque todos le conocían no lo localizábamos a medida que pasaban las horas crecía mi angustia, a Juan se le ocurrió dar parte a la policía y ni así decidimos ir a la playa donde ataban las barcas y vendían el marisco recuerdo era uno de mis sitios favoritos porque ahí se encontraba todo tipo de habitantes del mar, esos instantes bonitos son los que se han quedado almacenados en mi memoria y lo único que me llevaré cuando muera, e ahí la belleza de lo invisible. Pasamos horas preguntado a uno y a otro, me entretuve un rato viendo cantar a unos negritos que se divertían bailando en una enormes tarimas ahí cantaba la “peregoya” que en paz descanse era una buena amiga de mi tío falleció durante una competencia deportiva a la que honestamente nunca le he visto la gracia, las barcas salen de una ciudad a otra viajando toda la noche por el mar, las regatas creo le dicen, la pequeña embarcación en la que se transportaban topo con un remolino y se hundió la mayoría de los tripulantes fallecieron entre ellos cuatro cinco conocidos, es una aventura en la que muchas veces se paga un alto precio.
De aquella mujer solo recuerdo ese nombre “Peregoya”, era dueña de algunas casitas que quedaban a orillas del mar entre ellas en la que estábamos alojados, tenía un hijo pequeño el niño mas insoportable y creído que he visto en toda la historia de mi vida, creo que se llamaba José igual que mi tío, pero era su antónimo mi tío es el ser mas bueno que conozco y ese niño era el bicho mas malo que he visto jamás, la verdad no me acuerdo muy bien de él suelo olvidar pronto a la gente que me deja mal sabor de boca y ese era un caramelo ácido muy ácido.
En una ocasión recuerdo quebró unos jarrones que su madre cuidaba con devoción y luego culpo a uno de mis primos menos mal su madre sabía la clase de bicho que tenía y no los cobro. Creo que todos los seres humanos nacemos con dos semillas la del mal y la del bien solo crece la que mas reguemos.
Ese día nunca lo olvido sobretodo por que fue la primera vez que vi al mar tan molesto ya de por si en esa playa las olas son enormes pero ese día parecían fantasmas de espuma...
Llego la tarde y como es de costumbre en mi familia que cada quien va a la suya se habían olvidado de mi, se habían ido a un sitio cercano que era uno de mis lugares favoritos porque parecía una playa exclusiva nunca había nadie parecía abandonada, se habían pasado de copas y la pequeña no se les quedo en el maletero sino en casa durmiendo, la única excusa que encontraron fue que yo era una niña lista y muy valiente sabían que sobreviviría. Mi familia es extraña a veces lo pienso así, gracias a ellos en su totalidad aprendí a volar sola a nunca depender de nadie, ahora a estas alturas de la vida veo que esa lección vale la pena no es bueno aferrarse a nadie amar es bueno pero nunca depender tanto de los demás, nacemos solos y así nos toca andar por la vida, esquivando obstáculos, recibiendo palos, aprendiendo cada día lo que la vida nos enseña, se llora, se sufre, se padece, pero se aprende, no siempre tu familia es quien mas te ama o da la vida por ti, hay amigos que son mejores muchas veces, he tenido la suerte de tener buenos amigos...
Aquel día aprendí una lección muy valiosa que jamás por ninguna circunstancia debes doblegarte por mas miedo que tengas tenía solo diez años o así pero mi pensamiento ya discernía muchas cosas aprendí a cuidar de misma aunque eso siempre lo he hecho mas o menos bien, la familia la escoges a través del camino y son todas aquellas personas que por una u otra circunstancia han dejado una huella imborrable en tu corazón para mi ellos son mi familia aunque muchas ni siquiera lo sepan es lo bueno de esta vida que el amor que puedes dar cuando es sincero no tiene fecha de caducidad.