miércoles, 22 de septiembre de 2010

El Mar del dolor.

En medio de un mar bravío,
confundido, adolorido,
naufraga un pajarillo,
con el corazón herido.

Perecieron en su alma,
todas las estrellas,
y una marcha fúnebre
lo envolvió en su sonido,
golpeado por las rocas,
en medio de la nada,
aferrado a su madero,
naufraga entre las aguas
de la desesperación.

Su espíritu perdido
espera, sufre y calla
delira a la deriva
por el Mar del dolor,
siente que le salvan,
siente que le abrazan
siente que le cuidan
con maternal devoción,
sus ojitos se apagan
ahora vuela su ánima,
hacia los brazos de Dios.